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Sandra Melgarejo. Madrid
La revista científica European Journal of Education and Psychology ha publicado la monografía ‘Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH): prevalencia y evaluación de las funciones ejecutivas’, que recoge los resultados de un proyecto de investigación financiado por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información en colaboración con la Dirección General de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa de la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias.
Una de las pruebas del protocolo de evaluación de las funciones ejecutivas.
Imagen: ULLmedia.
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El volumen está coordinado por el catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna (ULL), Juan E. Jiménez, quien ha explicado a Comunidad TDAH que este trabajo está motivado por la aprobación de una ley en el Parlamento de Canarias en 2005 en la que instaba al Gobierno autonómico a promover una serie de iniciativas respecto al TDAH, entre las que figuraba hacer un estudio de la situación actual del TDAH en la comunidad. “Para empezar a hablar de una intervención en TDAH, primero hay que partir de la situación actual y poner al servicio de los profesionales herramientas lo más eficaces posible para que el proceso de identificación sea lo más correcto”, comenta Jiménez.
Así, el proyecto tenía un doble objetivo: por un lado, estudiar la prevalencia del TDAH en la comunidad autónoma de Canarias y su comorbilidad con las dificultades específicas de aprendizaje; por otro, estandarizar las escalas de valoración psicopedagógica y un protocolo de evaluación de la función ejecutiva para niños de 6 a 12 años que presentan síntomas de sospecha de TDAH.
Con respecto al análisis de prevalencia, Jiménez detalla que, a partir de una muestra de 118.467 alumnos de 1º a 6º de Educación Primaria escolarizados en colegios públicos y concertados de todas las islas, se obtuvo una muestra al azar de 2.395. Este grupo presentó una tasa global de prevalencia del 4,9 por ciento, de los cuales el 3,1 por ciento fueron del subtipo inatento, el 1,1 por ciento hiperactivo y el 0,7 por ciento combinado. No se encontraron diferencias significativas en función de la isla y del colegio, pero sí en función del sexo, donde la incidencia fue superior en varones.
El segundo objetivo era “poner a disposición de los equipos de orientación educativa adscritos a la Consejería de Educación un protocolo que les permitiera mejorar la valoración psicopedagógica de los niños, complementado con una evaluación de la función ejecutiva”, indica el catedrático de la ULL. Para ello, estandarizaron las escalas DSM-IV para padres y profesores, y pruebas para evaluar la capacidad atencional y funciones ejecutivas asociadas a la presencia del TDAH, como la memoria de trabajo, la flexibilidad, el control inhibitorio, la fluidez verbal y la planificación.
Según el equipo que ha trabajado en este proyecto, las implicaciones educativas y sociosanitarias de los hallazgos encontrados sugieren la importancia de llevar a cabo una identificación, diagnóstico y tratamiento temprano, lo que ayudará a que los niños identificados con TDAH puedan desarrollar todo su potencial, y con ello una reducción importante del gasto público.
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